La madre de Marco

23 marzo 2006

Ganan mis primos



Tengo un primo (segundo o tercero) que dejó la Guardia Civil porque un día le tirotearon al compañero que se sentaba a su lado en el todoterreno. Paradojas de la vida, ahora es representante de una famosa marca de magdalenas vascas. Tengo dos primos más cercanos, hijos de militar, que le decían a sus compañeros de pupitre en Estella (Navarra) que su padre (mi tío) era empleado de Telefónica (ser descendiente de subteniente tenía su miga). Dos primos de estos últimos primos, también de saga militar, fueron trasladados un año a Bilbao con su familia y llegaron un día a casa dibujando con sus dedos la forma de una pistola: apuntaron a una pared y gritaron "Pim, pam, pum al español". Lo habían escuchado en el colegio. Son los mismos a los que su padre, para no llamar demasiado la atención, matriculó en una ikastola y volvieron del colegio llorando porque los demás les hablaban "en un idioma raro".

Tengo una conocida (de esos amigos de la niñez que se acaban perdiendo) que se hizo famosa porque, a finales de los 80, en plena oleada de bombas y tiros en la nuca, prefierió repetir dos veces 8º de EGB, de forma voluntaria, para evitar el mal trago de pisar el instituto: le obligaban a matricularse en una zona dominada por HB y ella había cometido el supuesto pecado de ser hija de guardia civil. Perdió dos años. Su madre compró un mono de trabajo de una conocida empresa de ingeniería vasca, lo lavaba de vez en cuando y lo tendía en zona bien visible, y lo dejaba allí colgado un par de días, para intentar convencer a sus vecinos de que ella no tenía nada que ver con las llamadas "fuerzas de ocupación". Un día, en la entrada del portal, le recomendaron que no hiciera "más teatro" porque a su marido ya lo tenían "bien fichado".

No sé si caminamos hacia el cacareado "principio del fin", si hay otra vez tregua-trampa (Mayor Oreja dixit) o vía a la esperanza, pero me conformo con que mis primos, y los primos de mis primos, puedan borrar esas páginas de sus recuerdos. Ojalá.

16 marzo 2006

Eduardito vs. Teresita


Mal deben de bajar las aguas de la Cámara Baja para que lo más sonado de las últimas semanas (con la que está cayendo) sea el desplante femenino-feminista de las diputadas de PSOE e IU ante el inoportuno comentario del ¿señor? Zaplana. Y no porque no se lo merezca el personaje/illo, sino porque a raíz del episodio me asaltan unas cuantas dudas. A saber:

- ¿Esos chascarrillos nacen o se hacen (vamos, que si los improvisa uno sobre la marcha o los trae estudiados de casa y los suelta con gracieta, estilo Matís Prats y sus chistes enlatados que maldita la gracia que tienen)?
- ¿Se ha disfrazado alguna vez la santa madre del señor Zaplana (si es de legionaria de Cristo Rey no cuenta)?
- ¿Se supone que vestir sin traje y corbata es síntoma de vivir disfrazado?
- ¿Hay delegación de Armani en Burkina Faso? ¿Y en Sierra Leona?
- ¿No ofende el comentario a las diputadas del PP? ¿Ni siquiera a Celia Villalobos, que gusta llamarse la "izquierda de la derecha"? ¿Tampoco a las señoras parlamentarias de CiU, CC o el batiburrillo del Grupo Mixto, esa suerte de agrupación-gazpacho-electoral? ¿Hay feminismo de izquierda, feminismo de centro, feminismo de derechas y no feminismo?

- Pese a lo anterior, ¿le contó a alguien en África la señora De la Vega que a ella le gusta posar en Vogue? ¿Existe la edición Vogue Burkina Faso? ¿Y Vogue Sierra Leona?
- ¿Le contó a alguien en África Carmen Alborch que sus compañeras de partido posan en revistas elitistas con pieles de animales cazados-esquilmados en ese continente?
- ¿Lo de Carmen Calvo en los Goya era un disfraz u otra cosa?

Teresita, Eduardito, citaos en un Todo a cien y tiraos muñequitas de porcelana a la cabeza. Por favor, por caridad, no convirtáis el Parlamento en la trastienda de patéticas disputas. Menos chistes fáciles, menos desplantes teatreros. Que luego la gente se acostumbra, se cree que aquello es un circo y le da por entrar con un tricornio en la cabeza y redecora a tiros los frescos del techo. Qué país.