La madre de Marco

01 noviembre 2007

Vecino de aquí, vecino de allí


Esta mañana me he percatado de que no conozco a mis vecinos. Un año y dos meses viviendo en la urbanización y hay caras que todavía no me son familiares. He sacado a la perra y, rumbo al quiosco, uno de ellos me ha presentado a su novia. "Vive en casa desde hace cinco meses", me ha comentado. "Pues yo es la primera vez que la veo", he pensado. "Hala, hasta luego".
Caminito de la cita con la prensa, con la que mantengo una infinita relación de amor-odio, iba dándole vueltas al coco (peligro, cuando voy enfrascado en mi mundo, a Melki, mi perra, le da por doblar la esquina, ignorarme un rato y aparecer en el pueblo de al lado...). Pensando, pensando, he concluido que sé más de los vecinos de allí, los del otro lado del planeta, que de los de aquí, los de la calle Oslo. Quizás se deba a que servidor tiene un trabajo (cantera de mi sustento) que le obliga a sumergirse a diario en cientos de historias, a empaparse de miles de datos sobre personajes que pululan por el altiplano boliviano, por las cuevas inhóspitas de Kandahar o por los pasillos del Palacio del Elíseo, pero que le deja poco espacio para zambullirse en lo más próximo, en lo cercano.
La globalización me ha puesto frente a las narices la posibilidad de escrutar la vida de un cultivador de coca colombiana o del asesor económico del primer ministro moldavo, pero no conozco a mis vecinos. Algo falla. Me fastidia esa incomunicación, que el reloj y las prisas devoren mi vida, que el vecino del número 7 me genere la misma indiferencia que un habitante de Bombay, que cierre la puerta tras de mí a las 9.00 y no la vuelva a abrir hasta medianoche, que el trabajo me robe la posibilidad de entablar diálogo.
El estrés me pasa factura. Quiero conocer a mis vecinos. La rusa que tiende la ropa en el número 9 es mucho más interesante que la corrupción en Marbella, los retrasos de Airbus o el escudo antimisiles de Putin. El comentario es machista y ultramaterialista, pero no deja de ser un dato objetivo...
P. D. La ilustración no viene muy a cuento, pero es que me ha hecho gracia.
P. D. 2. El programa se me subleva y no doy con la tecla para separar los párrafos. Ayyyy.

9 Comentarios:

  • La ilustración sí que viene a cuento, Craso. La hipoteca y el euribor son un tema común con los vecinos. Y ya se sabe que las penurias unen mucho.

    En cuanto a la rusa, tienes que ir a pedirle sal o azúcar o una tacita de arroz, lo que sea..., pero tienes que ir, ya.

    Besos, Craso.

    By Blogger CRISTINA, at noviembre 02, 2007 2:40 a. m.  

  • Pues yo vivo en Estrasburgo. Encantada

    By Blogger Ale, at noviembre 02, 2007 8:09 a. m.  

  • Pensé que eramos vecinos. Por eso. Vivo en un sevilla y rodeada de calles con nombres de capitales europeas. Buscando el el vasto google, compruebo que Oslo no figura en mi vecindad...sorry :S

    By Blogger Ale, at noviembre 03, 2007 1:57 p. m.  

  • Pensé que eramos vecinos. Por eso. Vivo en un sevilla y rodeada de calles con nombres de capitales europeas. Buscando el el vasto google, compruebo que Oslo no figura en mi vecindad...sorry :S

    By Blogger Ale, at noviembre 03, 2007 1:57 p. m.  

  • La ilustración es buenísima y lo que dices es totalmente cierto. la globalización es así y muchas veces no sabemos de nuestros vecinos hasta que no salen en el periódico. besitos.

    By Anonymous Anónimo, at noviembre 03, 2007 2:50 p. m.  

  • Me hace gracia porque yo pienso lo mismo muchas veces. La incomunicación es lo que tiene, y es que vivimos tan enfrascados en nuestras propias vidas, rutinas y problemas que hay cosas frente a nosotros que pasan desapercibidas fácilmente. Lo importante es caer en la cuenta de cuando en cuando y ser consciente de que en el entorno todavía hay personas y situaciones que desconocemos. Al menos, siempre servirá como foco de motivación intrínseca que nos impida caer en la desidia.

    Encantado de leerte.

    Besos.

    By Anonymous Anónimo, at noviembre 03, 2007 5:17 p. m.  

  • Es facil descubrir cosas de los vecinos, no hace falta a veces ni hablar con ellos. Lo único que necesitas es ese tiempo que nos vuela.
    Siempre te quedará pedirles sal o que te la pidan ellos a ti.
    Besos

    By Blogger Bea, at noviembre 04, 2007 1:22 p. m.  

  • De que algo va mal creo que todos estamos ya mas que enterados, pero de que es de ahora no se yo, ahora las ciudades son mas grandes e importa mas salir tu adelante que salir todos adelante. Yo me refugio en mi copita de Whisky en el bar de siempre, con el tiempo conoces gente y siempre aprendes algo sobre el escudo antimisiles de Putin y de porque gano la liga el Madrid. Hay que recuperar la cultura urbana, el sabio que sabe hacia donde va el viento mojándose el dedo y alzándolo, y lo que es conocerse no depende solo de ti... mira a marco lo que le costo conocer a su madre, jejej...

    By Anonymous Anónimo, at noviembre 04, 2007 11:52 p. m.  

  • Yo lo resumo solo en dos palabras, EGOISMO puro y duro e INTERES tanto tienes tanto vales. Cada uno vamos a lo nuestro y salvese el que pueda.

    Besos.

    By Anonymous Anónimo, at noviembre 14, 2007 12:31 a. m.  

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